Tres Semanas de Sanacion

¿Me había dado cuenta de que cuando las personas confían su familia y su futuro al espiritismo, están rechazando a Dios y entregándose a espíritus que quieren el mal para ellos?
¿Cuáles son las tentaciones que llevan a las personas a la superstición: por ejemplo, las pulseras de energía, las herraduras, el horóscopo, etc.?
¿Por qué tenemos tanta dificultad en confiar en Dios que la gente recurre a veces a brujos, curanderos, baños, botánicas, santería, vudú, la santa muerte, etc.?
¿Mi familia está completamente libre de objetos para la suerte: como por ejemplo la manita negra, el ojo para cuidar el mal de ojo, los demás amuletos, los billetes de 2 dólares en la cartera, las patas de conejo, etc.?
En cambio, ¿he pedido que un sacerdote bendiga mi casa, mi coche, mis niños, los objetos sagrados en nuestra casa, etc.? ¿He ido a una misa de sanación para buscar que Dios me cure, y he traído a otras personas a que lo experimenten?
Si tengo que romper ataduras o cadenas del mal que hemos permitido que entren en nuestras vidas, ¿me he dado cuenta de la urgencia de confesarme y comulgar?

Hacer un examen de conciencia, e identificar las areas donde se necisita la curacion de la brujeria u otros espiritus que no sean el Espiritu Santo. Escribirlas y llevarlas al sacramento de reconciliacion.
Acudir inmediatamente al sacramento de la confesión ara romper cualquier atadura que tenga en mi alma y recibir la comunión en la Misa.
Si no me puedo confesar, pedir con sinceridad el perdón Dios, haciendo oración de perdón y renuncia frente al Santísimo Sacramento.
Asistir como grupo 30 minutos a la adoración al antísimo los martes o los viernes.

¿He descubierto cuál es la raíz de mi pecado o el trauma que llevo arrastrando en mi vida?
¿Me siento culpable por las decisiones malas que he hecho? ¿Sufro de miedo, inseguridad, adicciones, abuso o violencia en mi familia?¿Por qué es difícil perdonar de corazón a los que nos ofenden y nos hacen mal, liberándonos de deseos de venganza? ¿Cómo se hace para entregar a Dios este dolor?
¿Creo de verdad que Jesús me quiere sanar, igual que sanó a las personas que vinieron a pedirle la sanación en la Biblia?
¿Confío de verdad en el amor y la misericordia de Jesús para sanar mi mente, mi alma y mi corazón? ¿Lo demuestro acercándome a la
confesión y la Eucaristía?
¿He pedido alguna vez que este grupo o un sacerdote ore por mí para romper las cadenas que llevo? ¿Quiero asistir a una misa de sanación?

Hacer una oración espontánea en grupo pidiendo perdón al Señor Jesús por las ofensas que hemos cometido en la vida.
Buscar perdonar de corazón a todas las personas que me han ofendido en mi vida y entregarle a Dios todo mi dolor y sufrimiento.
Asistir como grupo a la misa de sanación e invocar la misericordia de Dios para que nos sane integralmente de todo resentimiento o rechazo.

Si usted ha participado en algún retiro, grupo de oración o misa de sanación etc. y ha recibido sanación, ¿nos puede contar su experiencia?
¿Por qué motivos podemos creer que Dios causa nuestras enfermedades o las desgracias que nos pasan en la vida o en la familia? ¿Por qué no nos damos cuenta de su misericordia infinita y que no es un Padre que castiga, sino que quiere acercarse a nosotros a sanarnos?
¿De verdad creo que la enfermedad y la muerte son fruto del primer pecado de Adán y Eva, o tengo mis dudas?
¿Tengo fe y confianza de verdad en el poder de Cristo Jesús para sanarme completamente en alma, mente, espíritu, cuerpo, o tengo mis dudas y mis reservas?
¿Me preocupo por los enfermos y los ancianos, hago oración por ellos, les visito en sus casas u hospitales, ayudo a mis padres enfermos y ancianos, o los tengo olvidados?
¿He visto alguna vez el poder del sacramento de la unción de los enfermos?
¿Confío de verdad en la intercesión poderosa y maternal de María, nuestra Madre Santísima? ¿Hay un testimonio de sanación por su intercesión que puede compartir?

Si tengo algún familiar enfermo, llamar a la oficina de la parroquia para que un sacerdote le administre el sacramento de la unción de los enfermos.
Remover todos los obstáculos de mi corazón, odios, iras, resentimientos, envidias, celos, por un arrepentimiento sincero, pues al sanar mi corazón se sanarán también mis enfermedades.
Si tengo algún hijo enfermo yo como madre le puedo hacer oración todas las noches imponiéndole mi mano y pidiendo a Jesús que le sane de su enfermedad.